domingo, 7 de marzo de 2010

Después del paso del depredador

La tristeza invade todo
la cara
los gestos
el andar

una queda mustia
ajada
sin brillo

trapo viejo descolorido

naranja chupada

hoja amarillenta
arrugada y sin sentido
separada del libro

una mira dentro suyo
el paisaje yermo
donde había tanto verdor
tanta semilla pujante
restallante de potencia y vida
tanto espacio para trazar caminos
tanto remanso donde detenerse a descansar
después de haberse desbordado
el caudal violento y claro del amor

y ya no queda nada
después del paso
del depredador

No hay comentarios:

Publicar un comentario